A patch of poppies adds a touch of colour to a vineyard in the small French commune of Puissalicon, in Languedoc-Roussillon. While the traditional product of the vast Languedoc wineries is modest in price and quality, the changing demand has persuaded the region to start focusing on production of finer wines.
Un prado de amapolas da un toque de color a un viñedo en la pequeña comuna francesa de Puissalicon, en Languedoc-Roussillon. Aunque el producto más típico de las enormes plantaciones vinícolas de Languedoc es modesto en precio y en calidad, los cambios en la demanda del mercado han impulsado a la región a apostar por la producción de vinos de mejor calidad.
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